jueves, 5 de enero de 2012

Mensaje del Maestro

(Para leer en casa, sentado cerca de una ventana)

¡Párate!
¡Toma y lee!
Asómate a la ventana.
Los humanos van de acá para allá. Algunos corren. Los coches los
llevan, a veces a gran velocidad. Pero ¿dónde van?, ¿de dónde vienen?,
¿qué buscan?, ¿de qué huyen?
Todo parece agitarse. ¿Por qué? ¿Para qué?
¿Y tú? ¿también te apresuras? ¿también corres? ¿también huyes?
¡Aquieta tu cuerpo! ¡Aquieta tu mente!
¡Serena tu espíritu!
A tu alrededor todo parece ir muy deprisa.
¡Reflexiona!
Quizá todo lo que parece moverse en realidad no va a ningún sitio.
Todo se agita como el agua de un puchero destapado puesto al fuego,
enorme cantidad de energía que se disipa en la pura agitación.
Tú, sin embargo, sigue quieto.
Piensa, medita, no te agites, conserva la calma.
Todo se mueve, todo cambia, pero según sus propias leyes. No podemos
oponernos al cambio, pero tampoco dejarnos arrastrar.
Evalúa tus impulses, plantéate tus objetivos. ¿Dónde quieres ir? ¿Para qué?
El mundo es tuyo, el tiempo es tuyo.
Tú decides qué quieres hacer y adónde ir. Tu diseñas tus metas y los
caminos que conducen a ellas.
Y entonces, solo entonces, cuando tus pasos tengan un propósito
definido, cuando tu mente y tu corazón tengan un objetivo común, ponte
en marcha.
Encamínate sin temor hacia tu objetivo, pero nunca olvides este consejo:
¡Muévete despacio!.

Que la Paz Profunda more siempre en tu corazón.

V. M. R+C JJ. H. G.

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