martes, 5 de octubre de 2010

Mensaje del Maestro

Fratres y Sorores:

“ DIOS NO JUEGA A LOS DADOS” (A. Einstein)

Dios ha creado el Universo y lo ha dotado de leyes por las que todo lo existente se rige. No hay caos, no hay casualidad. Lo creado no se rige por el azar, sino por la causalidad. Todo está organizado por el pensamiento creador de Dios.
Esto es fácil de ver en el plano físico de nuestro Universo: es evidente que hay leyes que rigen nuestro mundo material.
¿Por qué no creer entonces que funciona de ese modo en todos los demás aspectos? : ¿Nacemos por casualidad en una familia determinada? ¿Vivimos unas u otras circunstancias también por casualidad?
La Orden nos enseña que todo forma parte de un Plan Cósmico en el que encajamos perfectamente.
Jesús dijo: ” ni una hoja se mueve sin que mi Padre Celestial lo quiera...”
No estamos en este mundo por puro azar: somos seres espirituales que nos manifestamos temporalmente en el plano material para cumplir una misión.
Tenemos por ello que atender ambos planos, proporcionándole a nuestra parte material lo que necesita al tiempo que cultivamos nuestro ser espiritual, dando a cada uno lo suyo: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Debemos trabajar para alcanzar la armonía y el equilibrio entre nuestras aspiraciones espirituales y nuestras necesidades materiales: no debemos caer en la ensoñación de un falso espiritualismo, pero tampoco en la idea de que la mera satisfacción de nuestros deseos materiales nos dará la felicidad.
Nos manifestamos en el mundo material y en él debemos desenvolvernos adecuadamente, atendiendo a todo lo necesario, pero sin olvidarnos de que llevamos dentro lo más importante: nuestro espíritu.
Nuestro cuerpo es la maleta que cogemos para hacer este viaje por la tierra: hemos de procurar que no se haga rozaduras, que no se raye, que no reviente la cerradura, que no se pierda... Hemos de cuidar la maleta con esmero porque para este viaje no tenemos otra, pero sin olvidar que lo importante es lo que va dentro.
Mucha gente esto no lo sabe y vive sólo en el plano material, angustiándose por el paso del tiempo, tratando inútilmente de ganarle la partida.
Los medios de comunicación nos bombardean contínuamente con mensajes encaminados a que nos mantengamos jóvenes, delgados y guapos, como si la felicidad dependiera de ello. Es evidente que en un cuerpo sano nos encontraremos mejor que en uno enfermo o descuidado, pero la obsesión por el estado físico sólo revela lo estéril y vacío del modelo de vida que se nos propone.
Los que creemos que estamos aquí no por casualidad, sino para cumplir una misión dentro de un Plan Universal lo tenemos un poco más fácil ya que sabemos que podemos trabajar para mejorar nuestras vidas.
Muchas personas que no son creyentes tratan de vivir una vida con un buen nivel ético: son unas excelentes personas, serios y responsables en su trabajo, cuidan y protegen a sus familiares, son solidarios...viven en este plano procurando hacer bien las cosas y teniendo una vida razonablemente llena. Algunos de ellos sienten un vacio dentro de su ser que tratan de llenar con nuevas religiones: ecologismo, vida sana, cambio climático... Otros se lanzan a un consumismo absurdo que reduce momentáneamente su ansiedad.
Nosotros, los rosacruces, sabemos que formamos parte de un Plan establecido por Dios y que el Universo no es una gigantesca partida de dados...
Las enseñanzas de la Orden nos dicen que el mundo del espíritu existe y que, además, es accesible mediante nuestro trabajo personal y nuestro esfuerzo , y nos proporciona herramientas poderosas que hacen posible ese acercamiento entre el plano material y el espiritual.
El Cósmico es toda la obra de Dios: lo visible, lo invisible y todas sus leyes. Todo esto forma un conjunto armonioso que tiene su propia conciencia: la Conciencia Cósmica. Las conciencias de todos los seres vivos se unen en una conciencia única, al igual que todas las células se unen entre sí para formar nuestro cuerpo.
En la Conciencia Cósmica se encuentra el Conocimiento Absoluto, la Memoria Absoluta y el Tiempo Absoluto.
Armonizarse con el Cósmico nos da la respuesta a todas las preguntas, la sabiduría que nos permite canalizar todas las leyes de la Naturaleza, el conocimiento de todo lo acontecido desde la Creación. En Él está toda la inteligencia, la información y la potencia de todo lo existente y de todas las leyes que lo rigen.
De la misma forma que el Universo es el resultado del pensamiento de la mente de Dios, nuestra vida puede ser el resultado de nuestro pensamiento. Tenemos que concebir en nuestra mente cómo queremos que sea nuestra vida y, aprendiendo a canalizar la energía del Cósmico, conseguir aquello que deseamos.

Que la Paz Profunda more siempre en nuestros corazones.


V...M...R+C... N...Y...R...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Resulta un tanto fascinante cómo el dogma puede derivarse de las experiencias que tenemos acerca de lo divino.

Atamos los sucesos de la realidad en una sóla perspectiva, y utilizamos todo aquello que pueda apoyar nuestra conclusión, fortaleciéndola en nuestras mentes. Unos experimentan la sincronización de los eventos en el universo, y se inventan el karma para su universo ordenado. Otros usais el "Plan" que todo lo organiza según la mente de Dios. Filtros culturales para las experiencias, inevitablemente limitados.

Asumamos que no sabemos nada a ciencia cierta, y que las creencias espirituales no son más que dogmas a partir de experiencias muy abiertas a interpretación.

Otro pequeño detalle: aunque se utiliza a menudo esa frase de Einstein en círculos deístas, está fuera de contexto. Es un error común. Einstein no creía en un Dios, y despreciaba a las religiones monoteístas, como han confirmado algunas de sus cartas descubiertas recientemente. Otra cosa que consideraba errónea, era la mecánica cuántica. Einstein fue responsable de algunos de los experimentos más importantes en cuántica, pero los llevó a cabo para intentar demostrar que no funcionaba, sin éxito. Dado que la cuántica sitúa el azar como algo central en su concepción de la realidad y él lo rechazaba, dijo aquella malinterpretada frase de "dios no juega a los dados...". Pero es un apunte a la cuántica, no un tipo listo diciéndonos que deberíamos creer en un Dios ni nada así que es el uso que suelen darle los que lo utilizan.